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Sueños delirantes
N

o me explicaba la causa de la euforia que expresan algunos de los participantes en la Cumbre de Puerto España.

Hice un gran esfuerzo y leí la famosa Declaración de Compromiso, aprobada en esa Cumbre de las Américas. Había escuchado la conferencia de prensa presidida por el Primer Ministro de Trinidad y Tobago, Patrick Manning, e integrada por el ilustre Stephen Harper, Primer Ministro de Canadá y los presidentes de México y Panamá, Felipe Calderón y Martín Torrijos. Ha sido, según ellos, la más extraordinaria Cumbre que tuvo lugar nunca.

Algún milagro debió producirse, pensé. La piedra filosofal ha sido descubierta. ¿Por qué preocuparse un solo segundo más? Nadie piense que fue obra de la casualidad. ¿Es que no sabemos leer y escribir? Es la OEA quien nos salvó a todos. Eso consta en 13 de los 97 epígrafes, de las 67 páginas de la declaración final.

Solo emplearé seis páginas de las ocho de esta reflexión para reconocer también las glorias de la OEA:

“Reafirmamos los principios y valores de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas, la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Carta Democrática Interamericana, el Consenso de Monterrey sobre Financiación para el Desarrollo y la Declaración del Milenio; y estamos decididos a intensificar nuestra lucha contra la pobreza, el hambre, la exclusión social, la discriminación y la desigualdad, así como promover la inclusión y la cohesión social para mejorar las condiciones de vida de nuestros pueblos y alcanzar el desarrollo y la justicia social.

Reafirmamos la importancia de promover la cooperación entre nuestros Estados de manera solidaria en las diferentes esferas de las relaciones interamericanas, conforme a los principios y propósitos esenciales de la Carta de la OEA, reconociendo nuestra diversidad social, política y económica.

“Instruimos a nuestros ministros, en especial los responsables de finanzas, planificación y desarrollo social, a que inicien o fortalezcan la revisión de los programas nacionales de protección social, inclusión y erradicación de la pobreza…Hacemos un llamamiento a la OEA, al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y a otras instituciones regionales y subregionales de financiamiento y desarrollo pertinentes, para que apoyen estos esfuerzos dentro del ámbito de sus mandatos.”

“…Exhortamos a los Ministros de Trabajo para que, en el contexto de la Conferencia Interamericana de Ministros de Trabajo de la OEA (CIMT) en colaboración con los órganos consultivos de trabajadores y empleadores y con el apoyo de la OIT, según corresponda, respalden un programa de trabajo para lograr estos objetivos en la Décimosexta CIMT a celebrarse en el año 2009.”

“…Hacemos un llamamiento a los Ministros de Educación para que, con el apoyo de la OEA, instituciones regionales e internacionales especializadas y organizaciones de la sociedad civil, desarrollen estrategias para hacer accesible la educación secundaria de calidad a todas nuestras y nuestros jóvenes a más tardar en 2015, especialmente para los grupos más vulnerables y aquellos con necesidades educativas especiales.”

“Incrementaremos nuestros esfuerzos para prevenir y combatir todos los aspectos del problema mundial de las drogas y los delitos conexos, mediante el fortalecimiento de la cooperación internacional y un enfoque integral y equilibrado, con base en el principio de responsabilidad común y compartida, de conformidad con los principios contenidos en las Cartas de las Naciones Unidas y de la OEA, el derecho internacional y nuestros marcos legales aplicables.

“Solicitamos que la Secretaría General de la OEA presente ante la siguiente Cumbre de las Américas un informe sobre el avance en el cumplimiento de los compromisos asumidos en las Reuniones de Ministros en Materia de Seguridad Pública de las Américas (MISPA) y en las Reuniones de Ministros de Justicia u otros Ministros, Procuradores o Fiscales Generales de las Américas (REMJA)…Promover una mayor cooperación en estas reuniones, así como la labor de la OEA en apoyo a la MISPA y la REMJA. Expresamos nuestro agradecimiento por el constante apoyo técnico que brinda la OEA en los asuntos que se tratan en estas reuniones.”

“…Alentaremos los trabajos de la OEA en la elaboración de una estrategia integral y hemisférica para promover la cooperación interamericana en el tratamiento de las pandillas delictivas.”

“…Renovamos nuestro compromiso de combatir la pobreza, la desigualdad, el hambre y la exclusión social a fin de elevar las condiciones de vida de nuestros pueblos y fortalecer la gobernabilidad democrática en las Américas, y mantendremos los principios de la Carta Democrática Interamericana y la aplicaremos plenamente.”

Reiteramos nuestro apoyo a los objetivos de la Carta Social de las Américas y su Plan de Acción, los cuales buscan ofrecer a todos nuestros ciudadanos más oportunidades para beneficiarse del desarrollo sostenible con equidad e inclusión social. Alentamos a la OEA a que concluya la preparación de estos instrumentos y trabajaremos en aras de concluir las negociaciones y de adoptar estos documentos antes de fines de 2009.

Reconocemos el importante papel que desempeña la OEA en la solución pacífica de nuestras diferencias, su participación en la promoción de una cultura democrática, de paz, diálogo y no-violencia en la región, así como su papel en la implementación de la Carta Democrática Interamericana.

Nuestros países procurarán seguir presentando informes nacionales anuales a la OEA sobre las acciones y avances alcanzados hacia el logro de los objetivos específicos fijados en las Cumbres de las Américas.

¿Por qué extrañarnos de que con el apoyo e inspiración de tan benemérita institución en el epígrafe final, de la página 67 de la declaración, se afirme: “Nosotras y Nosotros las Jefas y los Jefes de Estado y de Gobierno de las Américas, convenimos que este documento debe darse a conocer como ‘Declaración de Compromiso de Puerto España’, y así lo aprobamos en fecha del 19 de abril del año 2009”?

¿Acaso la OEA, es garantía de la soberanía e integridad de los pueblos de América Latina? ¡Siempre!

¿Intervino alguna vez en los asuntos internos de un país en el hemisferio? ¡Nunca!

¿Es cierto que constituye siempre un instrumento dócil de Estados Unidos? ¡Jamás!

¿Murió un solo latinoamericano o caribeño por culpa suya? ¡Ni uno solo! Son calumnias del Castro-Comunismo emanadas de Cuba, país expulsado de la OEA, porque su gobierno proclamó el Marxismo-Leninismo, un país donde nunca hubo una elección, nadie vota ni es elegido, reina allí una tiranía que ha tenido el descaro de enfrentar a un país tan débil, indefenso y pobre como Estados Unidos durante medio siglo. Si no rectifica, el Gobierno desinteresado y noble de ese país, no le venderá a Cuba ni una aspirina. La OEA es garantía para el sufrido pueblo cubano de sus derechos democráticos.

Abril 20 de 2009

1 y 46 p.m.