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México D.F. Miércoles 20 de agosto de 2003

ASTILLERO

Julio Hernández López

Hasta en las mejores familias

Los Amigos de Marta y su impunidad
El uso inoportuno del verbo debatir

JAIME AVILES, NOTABLE cronista de La Jornada y autor de la columna dominical Desfiladero, ha probado que Guido Belsasso, comisionado del Consejo Nacional contra las Adicciones de la Secretaría de Salud, practica el tráfico de influencias. Primero mediante correos electrónicos, y luego en una entrevista directa que el funcionario y uno de sus hijos tuvieron con un italiano presuntamente interesado en hacer inversiones en el ámbito turístico mexicano (todo, correos y entrevista, movido por el olfato y la imaginación periodísticos de Avilés), Belsasso se mostró dispuesto a usar sus relaciones públicas para promover un asunto que dejaría dinero a una firma familiar de consultoría. La investigación periodística muestra sin sombra de duda a un personaje beneficiado por la cercanía con el poder, que trata de triangular influencias para servir a un interés privado que luego pagará regalías a una firma del propio funcionario hacendoso. La revelación se produce, además, en momentos en que senadores del partido blanquiazul, con Luisa María Calderón al frente, tratan de establecer límites jurídicos a quienes pudiesen ser beneficiados en sus asuntos profesionales por su carácter de legisladores. Destinatario inequívoco de esa propuesta legislativa, Diego Fernández de Cevallos volvió a quejarse de un presunto fuego amigo que desde Los Pinos trataría de desgastarlo e incluso retirarlo de la coordinación de los senadores panistas.

LAS ANDANZAS DE Belsasso (y de su hijo, que tiene entre otros negocios el de organizar anualmente una exposición internacional sobre temas de salud, Ƒfinanciada o beneficiada por la Secretaría de Salud, en la que su padre es alto e influyente funcionario?) son explicables a la luz de la fuerza política de un grupo que ha rodeado a la señora Marta Sahagún, proveyéndola de ciertos contenidos discursivos básicos (que la precariedad de la plataforma martística entiende como deslumbrantes tesis políticas e ideológicas: la lucha contra las adicciones, un ejemplo de alta rentabilidad para Belsasso, Kena Moreno y otros tripulantes profesionales del tema) y dándole ínfimas y adulteradas cartas de presentación en sociedad (la biografía de la señora Marta, que escrita con merengue oportunista dio a su redactora inconfesa, Sari Bermúdez, esposa de Belsasso, la titularidad de Conaculta; o las invitaciones a reuniones "de sociedad" en las que las frívolas organizadoras reciben a la esposa del Presidente no sólo para oír sus declamaciones sino también para jugar a "Adivine el precio" respecto a ropa y joyas de la mujer que años atrás atendía una veterinaria en Celaya).

NO DEBE EXTRAÑAR, por tanto, que se trate de ignorar un caso evidente de tráfico de influencias y conflicto de intereses por el mismo ámbito desde el cual se ha desatado fuego amigo contra un barbado senador que comete similares trafiques pero que no forma parte de la Familia Feliz e incluso la combate. Belsasso, Sari, Kena, Elba Esther y otros nombres del entorno de la señora Marta gozan de exoneración automática mientras sirvan al proyecto transexenal de Los Pinos. Lo que en Diego es criticable, en los Amigos de Marta es perdonable. Critíquese a Fernández de Cevallos por su éxito como litigante (que ética o políticamente puede ser condenable a la luz de sus influencias, pero que en estricto sentido jurídico no viola ninguna norma) pero desatiéndanse las evidencias de inmoralidad y presunta delincuencia que entre los favoritos de la corte se llegasen a documentar (por cierto, en La Crónica de Hoy se tomó la insólita decisión de publicar como nota principal de primera plana un refrito desvaído de lo que La Jornada había difundido en su contraportada un día antes).

EL USO DEL verbo debatir estuvo ayer a punto de romper un entendimiento al que habían llegado Los Pinos y la UNAM para poner fin a jaloneos declarativos acerca de rezagos educativos y maquillaje de cifras oficiales. La subsecretaria de Servicios Educativos para el Distrito Federal de la SEP, Sylvia Ortega, dijo al inaugurar un comedor escolar que tanto el rector Juan Ramón de la Fuente como la secretaría a cargo (bueno, es un decir) de Reyes Tamez estarían, respecto a cifras en discordia, "en la mejor disposición de debatirlas, de discutirlas, para eso son las cifras". En busca de plena claridad, un reportero asegundó: "Entonces, Ƒel llamado sería a Juan Ramón de la Fuente a que se debatieran estas cifras?", a lo que la subsecretaria respondió: "A mí me parece que las estamos debatiendo, y no nada más las autoridades, sino los científicos sociales..." Debatir, como puede saber alguien aunque no sea subsecretario o secretario de Educación Pública, significa "altercar, contender, discutir, disputar sobre una cosa", o "combatir, guerrear". Tambores bélicos creyeron por tanto percibir en la UNAM cuando medios electrónicos comenzaron a reproducir ayer a mediodía las declaraciones de la subsecretaria Ortega, y comentarios que no eran falsos ni incorrectos como el hecho por la reportera Xóchitl López a Adriana Pérez Cañedo en el noticiario Enfoque de Radio Mil: la funcionaria de la SEP, mencionó López, "dijo que está dispuesta a debatirlas con Juan Ramón de la Fuente y con quien considere necesario".

EL EPISODIO DECLARATIVO puso en efímero riesgo el acuerdo tejido la víspera desde la secretaría particular de Los Pinos para que cesara el enfrentamiento verbal con el rector De la Fuente, quien el jueves 14, al celebrar los 150 años de la educación veterinaria en México y América, había señalado que no se debe seguir con el discurso de los lamentos ante la falta de servicios educativos públicos, ni fabricar excusas o maquillar cifras. El dardo había provocado reacciones paquidérmicas en la SEP, donde el secretario Reyes Tamez blandió cifras oficiales como antídoto de la realidad, tarea de fantasía a la que entusiastamente se sumó en seguida el propio presidente Fox, experto y guía en asuntos de modificar números y estadísticas y en acomodarlos a los deseos personales. El rector De la Fuente respondió con la energía de quien sabe que no puede permitirse un traspié a dos meses de que la Junta de Gobierno de la UNAM lo relija o nombre un sustituto y dijo estar en condiciones de probar las faenas de maquillaje de la SEP. Una bandera blanca proveniente de Los Pinos, donde saben que tampoco pueden darse el lujo de alborotar las aguas universitarias a unos días de un nuevo ƑInforme? presidencial, permitió apaciguar los ánimos y buscar salidas sin mucho costo mediante boletines y comunicados amables. Faltaba, sin embargo, el verbo debatir que una subsecretaria utilizó con extraordinario sentido negativo de los tiempos. Pero, a pesar de todo, la tregua fue instalada.

Y, MIENTRAS SIGUE el escándalo de Lucero Pistolas, y Korrodi recomienda destituir a Creel y a Canales Clariond, y šoh, sorpresa!, un juez absuelve a seis ejidatarios de San Salvador Atenco, y los gringos declaran "héroes" a policías mexicanos antidrogas, y Sojo va a la peje-escuelita, šhasta mañana!

Fax: 5605-2099 [email protected]

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